DIOS Y RANJIV

Aquel día después del accidente, cuando Ranjiv llegó al cielo, un ángel femenino muy sensual le recibió y le condujo a una sala que estaba entre las nubes. Allí después de unos minutos se presentó San Pedro y le dijo que había recibido su solicitud. Ranjiv no recordaba muy bien haberla enviado y entonces San Pedro comenzó a leer lo que más bien parecía una plegaria. “Has dicho esto justo antes de morir”, dijo San Pedro y leyó “Dios mío sálvame y prometo estar en tu equipo para salvar a la humanidad de sus pecados” y San Pedro continuó “Al haber dicho esas palabras automáticamente se formó tu currículum, además puedo leer que fuiste una persona muy inteligente que resolvía cientos de problemas complejos por semana”. Ranjiv se encontraba algo perturbado al escuchar todo eso. No lograba asimilar lo que estaba pasando y con esfuerzo intentaba recordar lo que le había sucedido antes de llegar a aquel lugar, pero San Pedro seguía hablando: “Bienvenido seas Ranjiv, debido a tus grandes cualidades intelectuales formarás parte del proyecto “Salva-Tierra” junto con otros tres compañeros y tu misión será salvar el planeta tierra de la depredación de los seres humanos” Ranjiv le preguntó a San Pedro si había otras opciones y recibió una respuesta negativa. Pero como desde su infancia estaba acostumbrado a resolver problemas de toda índole, le pareció que no tendría ningún inconveniente para adaptarse a su nueva vida espiritual. 
Tiempo después, San Pedro presentaba Ranjiv a sus compañeros en la sala Supernova “Ranjiv te presento a San Zhuo, ella está encargada de Europa”. Todos estaban sentados y Ranjiv parado les iba saludando a medida que San Pedro continuaba presentándolos. “Te presento a San Dimitriv que está encargado de Asia, San Masaki encargado de África, yo estaré como líder del proyecto y tu estarás encargado de América”. Una vez presentados, todos los presentes le dijeron “Bienvenido San Ranjiv”. Ranjiv emocionado preguntó “¿Entonces somos cinco?” “¡No!” contestó San Pedro “Somos seis, Dios también es parte del equipo, nos guía por el buen camino, cada idea que producimos se consulta con Él antes de llevarla a ejecución. Debes saber que Dios fue quien creó la Tierra y sus habitantes, por lo tanto, Él conoce a fondo su diseño, más que ninguno de nosotros. Es el miembro del equipo que más tiempo lleva en el proyecto”. Para Ranjiv fue emocionante pensar que participaría en un proyecto con Dios, de pronto se sentía casi realizado.
Durante varios meses, en su cubículo en la sala de las constelaciones trabajó con sus compañeros de los diferentes continentes. Debatió con ellos todo tipo de problemas. Notó el profesionalismo de sus colegas en todos los aspectos, colaboración, enfoque en la resolución de problemas, mentes abiertas, soporte, etc. Simplemente sentía que estaban cumpliendo un excelente trabajo en equipo,  labor muy necesaria porque casi todos los problemas humanos eran ya globales y no se podía sólo pensar en dar soluciones a un continente por separado. Ranjiv hasta llegó a pensar que había una excelente química y que todo iba a salir mejor de lo que se imaginaba. Cuando terminaron el proyecto dijo: “Bueno, entonces sólo queda mostrarle nuestra idea a Dios, porque a San Pedro le pareció excelente y a nosotros también” dijo Ranjiv quien notó que sus compañeros cambiaron la cara de entusiasmo por una cara de espanto. “¿Todo bien?” preguntó Ranjiv “¿Dije algo malo?” nadie contestó nada. Ranjiv algo desconcertado no hizo caso a esa reacción debido a su gran exaltación por la idea que se acababa de engendrar y rápidamente se la envió a Dios para su revisión.
No pasaron ni cinco minutos cuando una voz burlona sonó por toda la sala “Ja, Ja , Ja, Ja Ranjiv, he leído la idea que formulaste con tu equipo y no para de causarme risa ja, ja, ja, qué iluso eres ja, ja ja, ¡Bienvenido! Pero tienes que esforzarte ¡Mucho, mucho, mucho más!” Sus compañeros le mencionaron a Ranjiv que esa era la voz de Dios. “Pero si nuestra idea es simplemente genial” pensó Ranjiv y se sintió humillado por la burla de Dios quien se suponía era una divinidad y no debería causar ningún mal. Ranjiv se sentía afligido desmoralizado ante la insensible respuesta de Dios anunciada frente a todo el público del cielo. “Quiero ver a Dios en persona” dijo Ranjiv “Eso no es posible” le contestó San Pedro “aquí nadie lo ha visto”, agregó. “Pero lo que acaba de hacer Dios es denigrarnos, humillarnos, ni si quiera nos ha dado una buena crítica, ni una sugerencia, eso es falta de profesionalismo, ¿Cuántas ideas han implementado desde que empezó Dios el proyecto?” preguntó Ranjiv. “Desde que yo llegué aquí al cielo no han realizado ninguna, seguimos buscando gente como tú, con las ideas más brillantes, pero cada vez que se le presenta un proyecto bien definido pasa lo mismo y eso que tenemos ya más de dos millones de equipos como éste. Tenemos la esperanza de que algún día llegue alguien con esa idea brillante que satisfaga a Dios”.
Años después Ranjiv seguía esforzándose y comenzó a investigar todos los proyectos del cielo para ver si alguien más había logrado  implementar alguna idea tan grandiosa como la suya. No encontró a nadie. Sentía que todo esto del cielo era un fraude montado para satisfacer la perversidad de Dios en humillar gente. Pero Ranjiv se dijo a sí mismo “Esto tiene que cambiar, o la tierra desaparecerá y la tierra es como mi madre. A ella le debo lo que soy”
Inmediatamente se reunió con sus colegas y empezó a decir, “No tenemos porque pasar por la opinión de Dios para llevar a cabo una idea, no porque él haya diseñado y creado la tierra nos tiene que limitar. Todas las ideas hasta hoy rechazadas e incluyendo la nuestra son excelentes, están llenas de buenas intenciones y son nobles. Así que quiero que cada uno de ustedes lleve a todos los encargados de los proyectos del cielo la propuesta de pasar por alto a Dios”. Cada uno de sus colegas vendió  propuesta por todo el cielo de que no tenían que pasar ya más por Dios, de que Dios se había vuelto un estorbo, de que todas las ideas que se habían generado durante miles de millones de años eran buenas. Compilaron todos los proyectos que jamás habían salido a flote.  Ranjiv no paraba de maravillarse, todas las propuestas que iba leyendo eran admirables. “Ya es tiempo de cambiar el destino fatal de la Tierra” pensó con firmeza y se dispuso a implementar su nuevo proyecto de ignorar a Dios para entre todos tomar las riendas del destino de la madre tierra.
Pasaron cerca de diez años y la idea de no pasar más por la supervisión de Dios se había propagado por todo el cielo con gran aceptación. Todo el cielo estaba determinado a saltearse a Dios sin importar el precio de las consecuencias. Ya estaban cansados de sólo recibir humillaciones por parte de Dios quien no aprobaba ningún proyecto y tenía todo estancado; además de preocupados por ver cómo la Madre Tierra iba de mal en peor en manos de los seres humanos. Rápidamente se organizaron y entre todos seleccionaron por votación las diez mejores ideas, las revisaron y aprobaron para su producción. Fueron ejecutadas a lo largo y ancho de los continentes. La aplicación fue todo un éxito.
Cien años después la humanidad había cambiado por completo, era respetuosa con su entorno, tenían un alto grado de conciencia sobre la responsabilidad de sus actos, no eran burdamente egoístas y pararon la depredación de los recursos. La tierra comenzaba a parecerse al paraíso. Eso demostró que había muy buenas ideas y que Dios sólo se estaba mofando perversamente de la capacidad de todos. Desde el cielo Ranjiv observaba contento el éxito de las mejores ideas aplicadas cuando la voz de Dios se escuchó por todas partes “ja, ja, ja ¡Muy bien Ranjiv por fin diste con la idea! Creer en ustedes mismos, estar convencidos de que sus ideas son buenas sin permitir que nadie, ni Dios, les reprima sus buenas intenciones. Y por supuesto obtuvieron mi aprobación porque de lo contrario, nada habría cambiado en vuestra madre Tierra”.







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